Los trastornos alimentarios son un grupo de patologías en las cuales la persona se halla inmersa en una obsesión por su peso, su cuerpo y la comida que ingiere, desarrollando comportamientos nutricionales no deseables. Los más comunes son la anorexia y la bulimia nerviosa.
No se conocen las causas exactas que los originan. Probablemente son complejas y pueden estar relacionadas con factores biológicos, psicológicos, familiares, genéticos, ambientales y sociales. Un común denominador suele ser las conductas perfeccionistas, el marcarse altas expectativas o poseer una pronunciada baja autoestima. El problema suele aparecer entre los 12 y los 25 años, aunque puede hacerlo a cualquier edad. A menudo las personas que lo padecen niegan tener un problema y solo buscan la ayuda de un profesional ante la insistencia de familiares y amigos.

Hasta tal punto es decisiva la nutrición en el funcionamiento normal de nuestro cuerpo que los trastornos que se derivan de unos hábitos inadecuados pueden, en el peor de los casos, afectar funciones cerebrales o incluso a la propia existencia. Algunos investigadores aseguran que los sentimientos y cuestiones afectivas percibidas en el ámbito laboral, familiar o social, vienen determinados por la cantidad y, sobre todo, la calidad de la alimentación.
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