lunes, 5 de septiembre de 2011

TRASTORNOS ALIMENTICIOS


Los trastornos alimentarios son un grupo de patologías en las cuales la persona se halla inmersa en una obsesión por su peso, su cuerpo y la comida que ingiere, desarrollando comportamientos nutricionales no deseables. Los más comunes son la anorexia y la bulimia nerviosa.
No se conocen las causas exactas que los originan. Probablemente son complejas y pueden estar relacionadas con factores biológicos, psicológicos, familiares, genéticos, ambientales y sociales. Un común denominador suele ser las conductas perfeccionistas, el marcarse altas expectativas o poseer una pronunciada baja autoestima. El problema suele aparecer entre los 12 y los 25 años, aunque puede hacerlo a cualquier edad. A menudo las personas que lo padecen niegan tener un problema y solo buscan la ayuda de un profesional ante la insistencia de familiares y amigos.
Los estudios realizados indican que el tratamiento resulta más positivo si la enfermedad se diagnostica en sus primeras fases y ello es importante ya que sus consecuencias pueden desencadenar graves problemas físicos y mentales como efectos adversos en corazón,  sistema digestivo, incluyendo dientes y boca, así como problemas de osteoporosis, anemia y enfermedades renales y hepáticas.
Hasta tal punto es decisiva la nutrición en el funcionamiento normal de nuestro cuerpo que los trastornos que se derivan de unos hábitos inadecuados pueden, en el peor de los casos, afectar funciones cerebrales o incluso a la propia existencia. Algunos investigadores aseguran que los sentimientos y cuestiones afectivas percibidas en el ámbito  laboral, familiar o social,  vienen determinados por la cantidad y, sobre todo, la calidad de la alimentación.










domingo, 4 de septiembre de 2011

TRASTORNOS ALIMENTICIOS MÁS COMUNES:


SÍNDROME DEL ATRACÓN



Se habla de síndrome del atracón cuando se produce una sobreingesta compulsivade alimentos.
Después de este ataque de glotonería aparece una fase de restricción alimentaria en la que baja la energía vital y se siente la necesidad imperiosa de comer.
Una vez que se inicia otra sobreingesta, disminuye la ansiedad, el estado de ánimo mejora, el individuo reconoce que el patrón alimenticio no es correcto y se siente culpable por la falta de control.




BULIMIA NERVIOSA

A menudo se la denomina simplemente bulimia. Es un patrón cíclico y recurrente de comidas compulsivas (episodios incontrolados), seguidos por sentimientos de culpa, auto recriminación y conductas compensatorias como provocarse el vómito, hacer dietas altamente restrictivas y realizar ejercicios de forma excesiva. También suele estar extendida la práctica de consumir laxantes como reparación a las calorías ingeridas, o tomar diuréticos para orinar con mayor frecuencia y abundancia.
Ello conduce a sensaciones de hambre, vacío y vuelta a empezar con los atracones compulsivos, seguidos de sentimientos de impotencia y continúa así el círculo vicioso empacho/laxante. Los bulímicos tienen hábitos extremos en cuanto a comida y ejercicio. Este comportamiento compulsivo es a menudo eco de comportamientos destructivos como promiscuidad sexual, mentiras patológicas y hurtos. Algunos bulímicos no sólo luchan con el trastorno alimenticio, sino con otros comportamientos también destructivos.
La aparición de la bulimia nerviosa suele darse durante la adolescencia. En su mayoría son  mujeres quienes padecen este trastorno y es esperanzador que un tanto por ciento elevado recuperan su salud siguiendo un tratamiento adecuado. Los familiares o amigos deben observar o aprender a leer signos ocultos de una enfermedad que, al igual que la anorexia nerviosa, también se oculta.
Las personas que comen en exceso de forma compulsiva luchan contra la ansiedad, la depresión y la soledad. El peso corporal puede variar aunque no todos los que tienen sobrepeso o incluso obesidad son necesariamente comedores compulsivos.


Algunas de las características de los atracones son:

• Comer lo que la mayoría de la gente consideraría una gran cantidad de alimentos
• Comer hasta el punto de sentirse incómodo
• Consumir grandes cantidades de alimentos, incluso cuando no se está realmente hambriento
• Secretismo sobre qué se come y cuándo
• Avergonzarse por la cantidad de alimentos ingeridos
• Sentir repugnancia, depresión o culpabilidad por comer en exceso.
El vómito puede dar lugar a:
• Enrojecimiento y ulceraciones en la mucosa interna de la boca
• Pérdida del recubrimiento de los dientes debida a la erosión que origina el ácido gástrico expulsado por el vómito.
• Lesiones en la úvula debido a la presión ejercida por los dedos al provocar el vómito.
El ejercicio compulsivo forma parte del tipo de bulimia nerviosa en el que los afectados efectúan actividad física vigorosa o excesiva con el fin de quemar un hipotético exceso de calorías hasta el punto de resultar dañina o poco segura para la salud. La persona se siente forzada a ejercitarse para procurar reducir su ansiedad o culpabilidad o incluso pueden llegar a hacer ejercicio a pesar de estar enfermos o padecer cualquier lesión. Calculan lo que han comido y efectúan ejercicio sobre la cantidad de calorías ingeridas y por, lo general, siempre disponen de poca energía para ejecutar las actividades cotidianas debido a las calorías quemadas.
A menudo el premio se obtendrá de acuerdo con la apariencia obtenida lo que estimula a seguir trabajando el físico. Llevar su cuerpo al límite es a menudo el sistema que tienen de hacer salir sus emociones como rabia, depresión o frustración.

Criterios diagnósticos:


BULIMIA NERVIOSA
Síndrome caracterizado por episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos y por una preocupación exagerada por el control del peso corporal lo que lleva al enfermo a adoptar medidas extremas para mitigar el aumento de peso producido por la ingesta de comida. Este término debería restringirse a las formas del trastorno que estén relacionadas con la anorexia nerviosa por el hecho de compartir la misma psicopatología. La distribución por edades y sexo es similar a la de la anorexia nerviosa aunque la edad de presentación tiende a ser ligeramente más tardía. El trastorno puede ser considerado como una secuela de la anorexia nerviosa persistente (aunque también puede darse la secuencia contraria). A primera vista, un enfermo previamente anoréxico puede parecer que está mejorando a medida que gana peso e incluso recupera la menstruación si es mujer, pero entonces surge una forma maligna de comportamiento caracterizado por sobrealimentación y vómitos. Los vómitos repetidos pueden dar lugar a trastornos del equilibrio electrolítico, a complicaciones somáticas (letanía, crisis comiciales, arritmias cardíacas o debilidad muscular) y a una mayor pérdida de peso.


Pautas para el diagnóstico
“Deben estar presentes todas las alteraciones que se refieren a continuación de modo que constituyen pautas diagnósticas estrictas. Dentro de cada pauta pueden aceptarse algunas variaciones, tal y como se indica:
a) Preocupación continua por la comida, con deseos irresistibles de comer, de modo que el enfermo termina por sucumbir a ellos, presentándose episodios de polifagia durante los cuales consume grandes cantidades de comida en períodos cortos de tiempo.
b) El enfermo intenta contrarrestar el aumento de peso así producido mediante uno o más de uno de los siguientes métodos: vómitos autoprovocados, abuso de laxantes, períodos intervalares de ayuno, consumo de fármacos tales como supresores del apetito, extractos tiroideos o diuréticos. Cuando la bulimia se presenta en un enfermo diabético, éste puede abandonar su tratamiento con insulina.
c) La psicopatología consiste en un miedo morboso a engordar, y el enfermo se fija de forma estricta un dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la enfermedad, o al de su peso óptimo o sano. Con frecuencia, pero no siempre, existen antecedentes previos de anorexia nerviosa con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años. Este episodio precoz puede manifestarse de una forma florida o por el contrario adoptar una forma menor u larvada, con una moderada pérdida de peso o una fase transitoria de amenorrea.
Incluye:
Bulimia sin especificar.
Hiperorexia nerviosa.


BULIMIA NERVIOSA ATÍPICA
Este término debe ser utilizado para los casos en los que faltan una o más de las características principales de la bulimia nerviosa, pero que por lo demás presentan un cuadro clínico bastante típico. Los enfermos tienen con frecuencia un peso normal o incluso superior a lo normal, pero presentan episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de vómitos o purgas. No son raros síndromes parciales acompañados de síntomas depresivos (si estos síntomas satisfacen las pautas de un trastorno depresivo debe hacerse un doble diagnóstico.
Incluye: Bulimia con peso normal.

A. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: 
1. ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias 
2. sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)
B. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
C. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.
D. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales. (La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa)
Especificar tipo:
Tipo purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
Tipo no purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.”












sábado, 3 de septiembre de 2011

   ANOREXIA NERVIOSA



Las personas con el trastorno suelen tener una visión distorsionada de su cuerpo; incluso si han llegado ya a la extrema delgadez siguen pensando que pesan demasiado. Como se indica, son perfeccionistas en extremo. Además, suelen esforzarse desmesuradamente  por conseguir el éxito y, a veces, metas casi inalcanzables. Al no conseguir lo que anhelan, perciben una falta de control que intentan sobrellevar ejerciendo un control sobre su propio cuerpo. Intentan controlar al extremo la ingesta de alimentos y el propio peso. La baja autoestima y constante autocrítica causan a estas personas un miedo constante.



Ese miedo obsesivo a ganar peso deriva en:


Desnutrición: lo que ocasionará una severa reducción de vitaminas, nutrientes    esenciales y consumo de energía. No debe confundirse con la anorexia sintomática, pérdida de apetito o desinterés por la comida.
Excesivo ejercicio físico: interminables horas practicando diferentes tablas gimnásticas, o peor aún
Control del peso:  a través de pastillas o diuréticos.


Existen dos tipos de anorexia nerviosa:  
De tipo restrictivo y de tipo empacho/laxante. La diferencia entre anorexia nerviosa del tipo empacho/laxante y la bulimia puede tener su explicación dependiendo de si el individuo tiene un peso saludable en relación a su altura, así como razones subyacentes vinculadas a su comportamiento.
Por ejemplo, una persona que sufre de anorexia del tipo empacho/laxante puede estar comiendo en exceso debido a una malnutrición, mientras que el que sufre de bulimia puede estar haciéndolo para controlar sus emociones.
Los síntomas pueden incluir:
• Obsesión por las calorías y el contenido de grasa en los alimentos
• Miedo intenso a aumentar de peso
• Evaluación personal en relación a la imagen
• Excesivo ejercicio
• Depresión y/o ansiedad

Los síntomas físicos pueden incluir:
• Sentir frío, especialmente en manos y pies
• Pérdida de cabello y/o crecimiento de vello fino en el cuerpo
• Frecuentes desmayos
• Estreñimiento
Según el Manual Diagnóstico de Psiquiatría (DSM IV)
A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).
B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
D. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, por ejemplo, con la administración de estrógenos.).
Especificar el tipo:
Tipo restrictivo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente a atracones o a purgas (provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas).

Tipo compulsivo/purgativo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones o purgas (provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas).

Pautas para el diagnóstico
Deben estar presentes todas las alteraciones siguientes:
a) Pérdida significativa de peso (índice de masa corporal o de Quetelet1 de menos de 17,5). Los enfermos prepúberes pueden no experimentar la ganancia de peso propia del período de crecimiento. 
b) La pérdida de peso está originada por el propio enfermo, a través de: 
1) evitación de consumo de “alimentos que engordan” y por uno o más de uno de los  síntomas siguientes: 
2) vómitos autoprovocadoS 
3) purgas intestinales autoprovocadas
4) ejercicio excesivo
5) consumo de fármacos anorexígenos o diuréticos

c) Distorsión de la imagen corporal que consiste en una psicopatología específica caracterizada por la persistencia, con el carácter de idea sobrevalorada intrusa, de pavor ante la gordura o la flacidez de las formas corporales, de modo que el enfermo se impone a sí mismo el permanecer por debajo de un límite máximo de peso corporal.

d) Trastorno endocrino generalizado que afecta al eje hipotalámo-hipofisario-gonadal manifestándose en la mujer como amenorrea y en el varón como una pérdida del interés y de la potencia sexuales (una excepción aparente la constituye la persistencia de sangrado vaginal en mujeres anoréxicas que siguen una terapia hormonal de sustitución, por lo general con pildoras contraceptivas). También pueden presentarse concentraciones altas de hormona del crecimiento y de cortisol, alteraciones del metabolismo periférico de la hormona tiroidea y anomalías en la secreción de insulina.

e) Si el inicio es anterior a la pubertad, se retrasa la secuencia de las manifestaciones de la pubertad, o incluso ésta se detiene (cesa el crecimiento; en las mujeres no se desarrollan las mamas y hay amenorrea primaria; en los varones persisten los genitales infantiles). Si se produce una recuperación, la pubertad suele completarse, pero la menarquia es tardía.

Excluye:
Anorexia, falta de apetito 
Anorexia psicógena  




ANOREXIA NERVIOSA ATÍPICA
Este término debe ser utilizado para los casos en los que faltan una o más de las características principales de la anorexia nerviosa, como amenorrea o pérdida significativa de peso, pero que por lo demás presentan un cuadro clínico bastante característico. Este tipo de enfermos es mas frecuente en psiquiatría de interconsulta y enlace y en atención primaria. También pueden incluirse aquí enfermos que tengan todos los síntomas importantes de la anorexia nerviosa, pero en grado leve. Este término no debe de utilizarse para trastornos de la conducta alimentaria que se parecen a la anorexia nerviosa pero que son debidos a una etiología somática conocida.”



viernes, 2 de septiembre de 2011

SOBREINGESTA COMPULSIVA O TRASTORNO POR ATRACÓN

Lsobreingesta compulsiva o “trastorno por atracón” se caracteriza por la ingesta exagerada de alimentos pero, a diferencia de la bulimia, no existe una conducta compensatoria, es decir no hay inducción del vómito o abuso de laxantes.
Las principales consecuencias de los atracones son el sobrepeso, la hipertensión y la diabetes. Asimismo, este tipo de conductas merma la autoestima ya que se puede caer en una espiral de episodios ansioso-depresivos debido al deterioro de la auto-imagen y las dificultades derivadas de no poder expresar lo que está ocurriendo y ser incomprendido por los demás.
La gente que padece este trastorno alimentario, en su gran mayoría mujeres jóvenes, suele tener problemas para mantener un peso estable. Es habitual que comiencen toda clase de dietas y las  suspendan  a los pocos días, sin resultados satisfactorios.
La coacción social por estar más delgadas, la constante presión mediática y la inseguridad personal, hace que muchas mujeres  terminen probando dietas radicales.  Este tipo de dietas altamente restrictivas en calorías y en tipo de alimentos, condiciona al afectado para que luego el desenfreno sea aún mayor. Este tipo de comilona es, según muchos especialistas, un claro indicio de problemas emocionales irresueltos y de otros trastornos afectivos como el estrés, la ansiedad o la depresión.

OTROS TRASTORNOS ALIMENTARIOS NO ESPECÍFICOS

Ortorexia

La ortorexia nerviosa es uno de los grupos poco conocidos de enfermedades relacionadas con los trastornos alimentarios. El término utiliza “ortho” en su acepción de: “recta, correcta, verdadera”  en cuanto a la fijación en ingerir alimentos apropiados.
La ortorexia empieza de forma ingenua como un deseo de paliar enfermedades crónicas o mejorar la salud en general. A medida que va pasando el tiempo, lo que se come, cantidad y las consecuencias de la dieta van ocupando más y más la vida de la persona llegando a ser motivo de preocupación. Al progresar la enfermedad, el acto de comer alimentos puros y sanos comporta connotaciones no exclusivamente físicas.
El tratamiento es difícil ya que cualquier medicación será considerada por los pacientes como “impuras” y “antinaturales”.
Comidas nocturnas
El síndrome de la comida nocturna se describe como un patrón de comportamiento en el que se realiza un consumo obsesivo de más de la mitad de la cantidad ingerida durante el día. El hallazgo de que más del 33% de pacientes con obesidad mórbida se ven afectados por este trastorno resulta más significativo.
El síndrome se caracteriza por una falta de apetito por las mañanas y podría considerarse como “adicto” a la comida por la noche junto con estados de agitación e insomnio. La persona considera que la comida nocturna puede ser una forma de medicarse para paliar trastornos del estado de ánimo como el estrés o la ansiedad: la ingesta de carbohidratos incremente la serotonina en el cerebro, lo que repercute en una mayor sensación de sueño.
Pueden diferenciarse en:
El que come compulsivamente de tarde y de noche
El que come por la noche de una forma ansiosa y agitada
El que come por antojo
Algunos autores recomiendan aplicar la “técnica del fin de la comida” algo que simboliza el término de la ingesta, como podría ser la toma de una taza de te, una breve oración de gracias o un ligero paseo después de la comida principal. El ritual ayuda a la transición individual de un comportamiento (comer) a otro (descansar, preparación para irse a la cama).


Exceso de ejercicio

El ejercicio compulsivo es un problema que aparece cuando la persona centra su vida alrededor de la actividad física, de la misma forma en que las personas que padecen un trastorno alimentario lo hacen con comer o no comer. La persona que lo sufre puede preferir seguir su ritual de ejercicios que pasar tiempo con los amigos o la familia, asistir a un acontecimiento social o, incluso, pueden perderse alguna cita importante o dejar de lado sus obligaciones laborales.
Además de aislarse socialmente, el ejercicio duro durante demasiado tiempo puede dañar al cuerpo. Las distensiones musculares, esguinces y fracturas por estrés son comunes entre los que hacen más ejercicio y con la fatiga a menudo aparece una bajada de defensas.


Anorexia atlética

El ejercicio compulsivo se refiere a menudo como anorexia atlética, ejercicio obligatorio y adicción al ejercicio. La anorexia atlética aparece cuando la persona no lo disfruta pero se sienta obligado a hacerlo. La víctima, en su mayoría mujeres entre los 12 a 19 años, pueden experimentar un sentimiento de culpabilidad y ansiedad si dejan una sesión y ni la enfermedad o las lesiones pueden detener su necesidad de hacer ejercicio.

Las personas con este trastorno pueden:
1. Efectuar ejercicio repetidamente más allá de lo que el sentido común aconseja saludable.
2. Fanatizarse sobre el peso y la dieta
3. Robar tiempo de trabajo, escuela y relaciones sociales para hacer ejercicio.
4. Esforzarse en alcanzar retos más difíciles olvidando que la actividad física puede ser divertida.
5. Definir la autoestima en términos de rendimiento.
6. No estar jamás satisfecho con los logros deportivos obtenidos.
7. Justificar el comportamiento excesivo en una definición de sí mismo como “deportista especial” de élite.

Dismorfia muscular o vigorexia
Tanto hombres como mujeres tienen un sentido de distorsión de su imagen y a menudo tienen dismorfia muscular (también conocido como vigorexia o complejo de adonis), un tipo de trastorno caracterizado por una preocupación extrema en desarrollar sus músculos. Muestran los mismos comportamientos emocionales y físicos aunque en el caso de los chicos es menos probable el diagnóstico en comparación al considerado como trastorno típico “femenino”. Algunos desean perder peso mientras que otros quieren ganarlo o estar suficientemente “musculados”. Los jóvenes que piensan que son demasiado pequeños tienen mayor riesgo de usar esteroides u otras drogas dañinas para la salud para incrementar su masa muscular.

Síndrome de rumiación
Este síndrome no se conoce en su totalidad y a menudo se confunde con otros trastornos, lo que lleva a muchas personas que lo padecen a pasar incluso años sin un correcto diagnóstico. Aunque suele diagnosticarse como un trastorno infantil o a personas con discapacidades cognitivas sus efectos sobre personas adultas y adolescentes están ganando terreno.
Se suele padecer después de la ingestión de alimentos y la regurgitación de éstos no va acompañada de arcadas, olor y/o gusto típicos del vómito normal.
Un diagnóstico a tiempo y preciso puede evitar al paciente costosos e invasivos procesos curativos y permite a los médicos dirigir de forma inmediata un tratamiento efectivo. Para ello, se requiere una historia y descripción de síntomas del paciente y, en ocasiones, observación de su comportamiento
Para lograr resultados positivos es necesaria la colaboración de especialistas en gastroenterología, pediatría y psicología., además de educación adecuada enfocada hacia familiares y personas afectadas.

Trastorno de comida selectiva
Es un trastorno alimenticio que evita el consumo de ciertos alimentos. A menudo se suele dar en periodos de infancia que, por lo general, se soluciona con la edad, aunque no siempre es así.
Es un fenómeno poco estudiado de la alimentación  y se asocia a una gama muy limitada de alimentos, junto con una evidente falta de voluntad para probar otros nuevos.
Es común en los niños pequeños y puede persistir hasta bien entrada la infancia y la adolescencia. Cuando esto sucede puede dar lugar a conflictos en cuanto a evitación social y a cuadros de ansiedad.
Los afectados desarrollan una gran incapacidad hacia ciertos alimentos basados en su textura o aroma. Los alimentos “seguros” se limitas a cierto tipo de comidas o incluso a marcas específicas. Las personas afectadas pueden incluso llegar a excluir grupos completos de alimentos como frutas, verduras, etc.

Trastorno de alimentación por trauma
Los trastornos alimentarios podrían entenderse también en un contexto de trauma experimentado como estrategias de supervivencia más que asociados a vanidad o la obsesión por la apariencia.
De acuerdo con algunos sociólogos, este trastorno abarca una variedad de estados socio-económicos, orientación sexual y razas y consideran que los trastornos alimentarios y la desconexión con el propio cuerpo es comúnmente una respuesta al estrés ambiental, incluyendo abusos sexuales, físicos y emocionales, así como racismo y pobreza.
Esta realidad se hace patente en aquellas culturas y en la mayoría de los casos mujeres, que se ven forzadas a adecuarse a una concepción rígida de cánones de belleza, con lo que ello comporta. De no alcanzarse redunda en sentimientos de baja autoestima con el consiguiente problema personal.